Ellas son el pilar básico de todas las casas y en navidad las que más trabajan, ellas ponen la guinda a cada detalle con el loable fin de que todo esté en orden y armonía. Se ocupan en su mayoría de cocinar en Nochebuena y Nochevieja con amor, delicadeza y abundante cariño. Una vez terminada la cena, se afanan en quitar la mesa y con evidentes muestras de cansancio en sus caras, recogen mientras otros e incluso otras, se "espatarran" en el sofá. Ellas asumen la responsabilidad de los horarios con los hijos en noches de mucho alcohol y pocas luces, procurándoles los más sabios consejos, y hasta son capaces de encontrar fácilmente, cada prenda que reclaman de forma exigente los jovencitos. Por si fuera poco, también se ocupan de la buena administración de la casa. Ellas saben mantener el control, mientras otros se descontrolan, en las palabras y en los actos.
¡Ni Papá Noel, ni Baltasar, ni leches!, ellas son quienes hacen de la Navidad una fiesta familiar y acogedora, sin ellas nada sería posible. Son madres, esposas, abuelas y mujeres con mayúsculas.
¿Cómo agradecerlo?
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