“A LA MEMORIA DE JOSELE”
Como bien saben, en la madrugada de este sábado 1 de diciembre de 2018, ha fallecido José Vallecillo Reyes "Josele"(57 años), uno de los personajees más populares del pueblo. Antes ya se fueron “Sasisco”, “Reina”, “Fullerás”, “El ratón” y tantos otros.
Josele era de mi quinta, de complexión atlética, expresión alegre, de voz rasgada;últimamente siempre iba con algún perro de acompañante, recorriendo Estepona de un lado para otro, hablando con las múltiples personas que conocía, pero sin meterse nunca con nadie, al menos yo no tengo constancia. Desde que tengo uso de razón he visto como gente malvada se metía, divertía y reía a costa de todas estas personas, gente de baja catadura moral, sin escrúpulos, ni sensibilidad alguna, gente ruin que aún hoy día, lo sigue haciendo, ahora de forma más canallesca, a través de las redes sociales con la complacencia de sus acólitos. Y eso no se puede consentir, hay que denunciarlo. Todos estos personajes del pueblo, tenían alguna discapacidad, alguna adicción o simplemente no se dieron las circunstancias adecuadas para que recondujesen su vida de otra manera. Siempre me he preguntado, si podíamos haber hecho algo por remediar la situación de estas desvalidas personas y la verdad es que no encuentro respuesta. Ante la desgracia ajena, miramos en bastantes ocasiones para otro lado, y no somos capaces de echar una mano, como no sea al cuello. Las únicas personas que nunca los dejan tirados son sus santas madres, que impotentes, sufren y padecen en silencio. De Josele recuerdo una anécdota que se me quedó grabada. Un día que jugábamos en la parcela aledaña al campo de deportes San Fernando, se nos cayó la pelota en un pozo bastante profundo que había enfrente. Nadie se atrevía a bajar ni con cuerdas, solo hubo un valiente que lo hizo, Josele. Aquel día subió del pozo,entre vítores de los niños y con la aureola de un héroe ante semejante hazaña. Este artículo no lo escribo de compromiso, ni aprovechando su muerte, es para dar un puñetazo en nuestras conciencias y reivindicar una mejor vida para estas personas y un trato más humano de la sociedad que los ignora. Ellos son parte del pueblo (¿al que tanto queremos?) y estoy seguro de que les espera una vida mejor que la que tuvieron recorriendo las calles de Estepona como un perro callejero, buscando el calor o el afecto de alguien. Descansen todos en paz.
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