A LA MEMORIA DE RAFAEL DE LOMA

EL ÚLTIMO ROMÁNTICO

Al conocer el fallecimiento de Rafael de Loma -director de Radio Televisión Estepona durante dos etapas-,he sentido su muerte y la necesidad de escribir algo sobre él . Enseguida  me ha venido como un relámpago su figura, su peculiar voz y una frase tópica, pero la mejor que pueden decir de ti cuando te  has ido:

“Era una buena persona”. Y es verdad que Rafael lo era, nadie podrá decir lo contrario.

La muerte de alguien a quien aprecias y estimas,engrandece las cosas buenas y difumina los posibles defectos. 

Rafael más que director de todos nosotros, fue un amigo al que podías consultar un problema y que te dejaba trabajar sabiendo lo que cada cual daba de sí. 

Cada uno de mis compañeros  recordará a Rafael por algo especial, ya que, esa era una de sus cualidades más significativas, sabía las virtudes y defectos de cada uno de nosotros y daba a cada cual aquello que necesitaba. En mi caso particular, recuerdo un momento especial, fue el día de la gran final del concurso cultural “A bombo y platillo” en televisión, regalamos un millón de pesetas, un coche y una moto. Aquella noche lo vi pletórico y exultante, me dio un fuerte abrazo y me felicitó cuarenta veces. Y otra gran cualidad de él que yo apreciaba, es que si le demostrabas con argumentos sólidos que se había tomado una decisión equivocada, rectificaba sin problema alguno.

También recordaremos su excelente humor y la posibilidad de conversar con él de cualquier asunto:radio, televisión, guerras, amor,libros, políticos etc. Su gran formación cultural y su mundología hacía la charla agradable y la posibilidad de aprender algo. Es evidente, que cada vez queda menos gente interesante con quien se pueda conversar y no caer desfallecido, a este paso, uno terminará hablando y  tomando café con cualquier gato solitario de los que se pasean por Estepona.

En mi biblioteca se encuentra su libro “Las manchas del leopardo” que tuvo el  honor de dedicarme con sinceros elogios a mi persona.Esta noche en su memoria lo volveré a releer. Rafael nos dejó su huella de buena persona y seguro que ningún trabajador lo olvidará. Descanse en paz.