Hoy estoy contento y quiero compartir
mi alegría con todos los amigos, tengo otra clave más en mi vida, la clave para
poder hacer fotocopias en mi trabajo, los abusos traen esto, la gente se
desmadra y termina copiando la Biblia en el trabajo. Qué bonito y maravilloso
es llenar tu vida de claves, sin saberlo, creo que me he enamorado perdidamente
de todas las claves que almaceno en mi mollera. Son todas tan distintas,
hermosas y con tantos numeritos que estoy a punto de perder la razón.
Esta mañana antes de comenzar mi
programa de radio he ido al cajero a sacar dinero y he debido marcar mi clave,
al entrar a la radio marco la clave correspondiente para acceder al edificio,
pues si no, la alarma comienza a zumbar, una vez acomodado en mi mesa, enciendo
mi ordenador que tiene su clave, quiero ver mi nómina por internet y debo
teclear otra clave, si deseo ver on line mi paupérrima cuenta del banco, debo
marcar la clave, voy al estudio de grabación a realizar una cuña publicitaria y
cada locutor tiene su clave correspondiente. Antes de marcharme, miro mi correo
de yahoo por si algún despistado me ha hecho una transferencia y marco su
clave, echo un vistazo a gmail por si alguna ricachona me ha dejado
una herencia y antes debo marcar la clave, sigo la ruta de los
internautas y todavía me queda entrar en twitter y marcar su clave, de paso
entro en facebook y otra puñetera clave. Quiero consultar mi factura de
teléfono por internet y otra clave, quiero ver la factura del gas natural y
debo marcar otra clave. Cuando enciendo el móvil debo recordar el pin o de lo
contrario no funciona. No tengo apuntada ninguna clave en ningún sitio, todas
están en la mollera, pues dicen que no es aconsejable, que te la puede robar
Urdangarín o Bárcenas o cualquiera de los diez millones de chorizos que tiene
el país. Acabo de ir a mi psiquiatra el doctor Alfonso Loco de Remate, tengo
ansiedad y pesadillas con las setenta claves que alberga mi cerebro, cada
día tengo más claves y menos dinero. Todas las cosas que me sobran en la vida
tienen clave, todas prescindibles, en cambio besar a mi mujer , abrazar a mi
hijo o reírme con un amigo todavía no tienen clave. A veces pienso: “Qué
estúpida es la raza humana, a pesar de los grandes avances conseguidos”.
Aprovechen y hagan el amor todo lo que puedan, porque mañana pueden pedirle la
clave y que usted haya perdido la memoria. Si le pasa esto último marque
el 69, algunas veces da resultado. Buenas noches.
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