(falleció el sábado 14 diciembre de 2013)
Esta Navidad está siendo dolorosa por la pérdida de
personas que me tocaban de cerca, primero fue mi amigo Juan Usero, después el
maestro Navarro Mollor y este sábado día 14, José Luis Partal Bazán más
conocido como “El Fati”. En esta vida nadie es más que nadie y la muerte nos
iguala a todos, seamos grandes escultores, músicos, artistas, jardineros,
escritores o barrenderos, por eso, debemos aprender a disfrutar cada día como
si fuese el último de nuestra existencia, la muerte acecha en cualquier
esquina. Y sobre todo, debemos aprender a tratar al prójimo con respecto,
cariño y afecto sin importar condición social alguna, los mayores placeres de
la vida estarán siempre en el interior de las personas, por muchas maquinitas
que quieran vendernos. Nada puede sustituir un abrazo, una sonrisa, un gesto
amable, una mirada de complicidad, un te quiero o un simple beso.
Con la marcha de José se va alguien
que hacía mejor al pueblo de Estepona, son las buenas personas las que
hacen grandes a los pueblos. Sé que José no se perdía ninguno de mis programas,
me apreciaba y admiraba exactamente igual que yo a él, a pesar de que
últimamente nos veíamos poco. Hacía treinta años que nos conocíamos.
Con los años me he vuelto más
intolerante con los cantamañanas que pululan como chinches por todos sitios y
mucho más sensible con las personas sencillas que te ganan con su bondad, con
su nobleza y que además siempre tienen una sonrisa en las circunstancias más
adversas; sonrisa que nunca perdió José a pesar de la terrible enfermedad que
padecía, todo un ejemplo para los demás. Su atronadora risa le delataba donde
quiera que se encontrase, era esa clase de persona cuya compañía egoístamente
todos queremos; seamos sinceros, estamos hartos de tormentas y nubarrones, y si
llega alguien como José y te ríes un rato, es como si el sol hubiese salido un
ratito exclusivamente para ti, algo impagable.
José será para siempre un personaje
ilustre de nuestra Estepona, con un sello imborrable, sus carcajadas y su
perenne sonrisa. Allá arriba en el cielo deben estar saltando de alegría, ha
llegado José y se acabaron las penas. Imaginen la Nochebuena que se puede estar
montando allá arriba: Juan Usero ha escrito en un santiamén la letra del
villancico dedicado a Estepona, el maestro Mollor le ha puesto música, Juan
Ponte lo está cantando y el almirez es cosa de José, cuyas carcajadas resuenan
en todos los confines del cielo y de la tierra.
Adiós amigos, os echaremos de menos a
todos, una vez más, el cielo sale ganando.
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