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miércoles, 27 de noviembre de 2013

A LA MEMORIA DE JUAN USERO


EL ÚLTIMO ROMÁNTICO

EL ÚLTIMO ROMÁNTICO
Ayer martes 26 de noviembre, fallecía Juan Usero, amigo y colaborador de radio en infinidad de programas. Con su muerte se va no solamente un pozo de sabiduría, sino también un valioso baluarte de la cultura esteponera. Juan fue la persona en busca de la cual acudían jóvenes becarios  para realizar un trabajo, avezados periodistas con el fin de recabar su opinión sobre algún asunto de la historia local o presentadores de algún programa televisivo o radiofónico para hablar de carnaval. Juan presumía de su mujer, de sus cuatro hijos y los oficios desempeñados: barbero, guardia civil (1948-1955) o empresario de calzados “Merche” en su querida calle Jaén, ahora Jesús Cautivo.
Juan emigraría a Venenezuela con su mujer Mercedes en 1958 en busca de mejores horizontes, de cabeza bien amueblada ambos, supieron ahorrar y así poder retornar a su pueblo, a Estepona en 1972. Trabajador incansable, lector empedernido, vehemente y pasional a la hora de contar o narrar algo en la radio, su mente siempre iba más rápida que su léxico y se provocaban atropellos que siempre resolvía diciendo: "Mercedes me dice que hable más despacio". Una vez jubilado siguió más activo si cabe que antes, colaborando en todos los medios visuales y escritos, publicaría varios libros: uno con la historia del Real Madrid, otro con la historia de los carnavales de Estepona y su idolatrado tío, Juanillo el Aceitero, exposiciones de fotografías etc.
En Radio Estepona cogió el testigo de Francisco Arroyo y se hizo cargo del programa "Nuestra Estepona" allá por el año 1996. Después me acompañó durante varios años en una sección que llamamos “El callejero”, donde Juan hacía un recorrido por la historia de las calles de Estepona. En esas amenas charlas recogí las sabrosas anécdotas que Juan contaba y que están recogidas en mi libro “Anécdotas de alma y tiempo”. Su inquietud cultural era insaciable, recuerdo que una vez se enfadó mucho conmigo por querer participar en el primer concurso cultural que hice en televisión “A bombo y platillo”, no comprendía que por motivos obvios y para evitar suspicacias, los colaboradores no podían participar. En mí persona ha dejado una profunda huella, pues nunca conocí a nadie tan preocupado por saber y aprender, su cultura era inmensa y la compartía con todos. Esa inquietud cultural ha agigantado la que yo tenía y mi gratitud será eterna. Uno de los días más felices del año para Juan fue siempre el miércoles santo, salida del Cautivo. Esa tarde noche, Juan y su mujer Mercedes, abrían su casa y su balcón para todo el mundo, se le veía feliz y contento, se colocaba su traje, cogía su cámara y disfrutaba con el trajín de gente que se daba cita para ver la salida del Señor de la Túnica Blanca. 
Amigo Juan, Estepona está en deuda contigo, nadie habló tanto, ni tan bien, de su historia y de su gente. Te echaremos de menos, nunca olvidaré que cuando estaba enfermo tu llamada siempre era una de las primeras y más afectuosas. Descansa en paz, amigo Juan.


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