El último romántico
Muy personal
En esta ruina económica y moral que nos azota, solo cabe el
consuelo de las personas que te quieren y del arte en todas sus vertientes:
pintura, escultura, poesía y sobre todo,
la música, que nos permite soñar y hacer realidad nuestras ilusiones.
Los artistas, músicos y cantantes deberían ocupar un sitio de privilegio en
nuestra sociedad. Ellos con sus canciones y sus voces nos transmiten los
mejores sentimientos, transforman la realidad cotidiana, nos ayudan a
sobrellevar las penas, nos insuflan alegría y también, nos dan ejemplo de lucha
y tesón. A ellos se les debería ayudar y promocionar gratuitamente en los
medios de comunicación y no, imponerles un impuesto revolucionario si quieren
estar en determinadas listas de éxito. Ellos merecen todo nuestro respeto y
admiración, porque forman parte inherente de nuestras vidas, desde que nacemos
hasta que morimos. Ellos construyen el paraíso, en cambio, otros muchos, nos hacen la vida imposible. Por último decir, que nadie es más que nadie, somos seres
únicos y singulares. Hoy somos vanidosos, soberbios, populares y poderosos, y
pasado mañana nos da un patatús o un revés la vida y nos convertimos en seres
vulnerables, humildes y condenados al ostracismo.
Vaya desde aquí mi admiración y respeto por todos los
artistas, sin discriminación alguna por razones de sexo, raza, voz, edad, sueldo y
popularidad.
Adelante mis valientes, la gloria nos espera.
MUCHAS GRACIAS
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